¿Mi caballo está gordo o delgado? Consigue el equilibrio con la escala Hennecke

Un caballo más gordo no es un caballo más saludable. Esta confusión, habitual entre muchos aficionados, provoca caballos sobrealimentados y, por tanto, riesgos serios para su salud. Igualmente, un caballo muy delgado tampoco es un caballo saludable.

El mejor método para alcanzar el equilibrio óptimo de grasa corporal en los caballos es una buena evaluación de su estado actual, que combina la escala Hennecke y el pesado de nuestro caballo atendiendo a su nivel de actividad. De ese modo, sabremos qué cantidad de alimento debemos suministrarle.

La cantidad de grasa para cada tipo de caballo se puede medir con la escala Hennecke, un método visual y manual para evaluar la cantidad de grasa corporal de un caballo, desarrollado en la Universidad de A&M de Texas por el D. D.R. Hennecke y colaboradores.

Zonas de observación

Este método de puntuación del estado corporal se basa en la observación de las siguientes zonas anatómicas de nuestros caballos:

1-La parte superior del cuello.  2-Detrás del hombro.    3-La cruz.   4-El pliegue del dorso.    5-Las costillas.   6-Alrededor de la base de la cola.

Zonas de evaluación de la escala Hennecke

En estas zonas es donde nuestro caballo deposita y almacena primero la grasa corporal. Según la raza y tipo corporal de caballo se almacena grasa más en unas que en otras. Por eso hay que evaluar todas las zonas.

La puntuación del estado corporal varía de 1 a 9, siendo la puntuación 1 equivalente a un animal con emaciación (adelgazamiento patológico) sin almacenamiento graso alguno, y la 9 un animal extremadamente gordo.

Lo ideal es una puntuación de entre 3 y 5 según edad y tipología del caballo. Así los potros tienen su puntuación óptima entre 3,5 y 4. Las razas más ligeras, entre 4 y 4,5. Y los caballos más pesados, en 5. También hay disciplinas deportivas que recomiendan escalas diferentes: como un caballo de carreras cuya condición corporal óptima debería estar entre el 3,5 y 4.

Puntúa a tu caballo con la Escala Hennecke

1- Con extrema emaciación (adelgazamiento patológico)

Se observa una proyección destacada de las apófisis espinosas, las costillas y la base de la cola así como también de las puntas óseas.

Las estructuras óseas de la cruz, los hombros y el cuello se visualizan con facilidad.

No se encuentra tejido graso.

2- Caballo muy delgado o emaciado

Se puede observar una mínima capa de grasa a nivel de la base de las apófisis espinosas, las apófisis transversas de las vértebras lumbares se perciben redondeadas.

Las apófisis espinosas, las costillas, la base de la cola y las puntas óseas son prominentes.

Es posible apreciar diferencias débilmente las estructuras de la cruz, los hombros y el cuello.

3- Caballo delgado

La grasa abarca la mitad de las apófisis espinosas; las apófisis transversas no se pueden percibir.

Hay una ligera cobertura sobre las costillas.

Apófisis espinosas y costillas se distinguen con facilidad.

La base de la cola es prominente pero no se pueden distinguir con facilidad las vértebras individuales.

Puntas óseas aparecen redondeadas pero siguen identificándose con facilidad.

La cruz, los hombros y el cuello están acentuados.

 4- Caballo moderadamente delgado

No hay pliegue a lo largo del dorso del caballo.

Se va perdiendo el delineamiento externo de las costillas.

La prominencia de la base de la cola depende de la conformación, pudiendo percibirse grasa alrededor de la misma.

Los huesos puntiagudos no son identificables.

La cruz, los hombros y el cuello no muestran una delgadez obvia.

Caballo moderadamente flaco

Caballo entre 3 y 4 de la escala.

5- Moderado

Dorso nivelado.

Las costillas del caballo no pueden diferenciarse visualmente pero pueden palparse con facilidad.

Grasa alrededor de la base de la cola comienza a notarse esponjosa.

La cruz aparece redondeada sobre la zona de las apófisis espinosas.

Hombros y cuello se unen al cuerpo sin diferenciación.

El mismo caballo ahora en un nivel 5 de la escala.

6- Caballo moderadamente gordo

Puede observarse la formación de ligeros pliegues en el dorso del caballo.

Sobre las costillas la grasa se percibe esponjosa y con cuerpo.

La grasa localizada alrededor de la base de la cola se percibe blanda.

Comienza a depositarse la grasa junto a los lados de la cruz, detrás de los hombros y junto a los lados del cuello.

7- Caballo gordo

Puede haber pliegues en el dorso del caballo.

Se pueden percibir costillas individuales, pero también se nota un relleno adiposo entre las mismas.

La grasa alrededor de la base de la cola es blanda y además se deposita junto a la cruz, detrás de los hombros y en el cuello.

8- Caballo obeso

Presencia de pliegues en el dorso.

Dificultades para notar las costillas.

La grasa localizada alrededor de la base de la cola es muy blanda.

El área junto a la cruz y detrás de los hombros está rellena con grasa.

Notable engrosamiento del cuello.

Hay depósitos de grasa en la cara interna de los muslos.

9- Extremadamente obeso

Obvios pliegues en el dorso.

Hay acumulación de grasa sobre las costillas.

Se observa un abultamiento de grasa alrededor de la base de la cola, junto a la cruz, detrás de los hombros y junto al cuello.

La grasa localizada en la cara interna de los muslos provoca rozamiento.

Los flancos están rellenos con grasa.

Una vez determinado el estado corporal del caballo con la escala Hennecke, debemos pesarlo para tener una referencia, y debemos también ajustar la alimentación y el ejercicio necesarios para mantener la puntuación (en caso de que sea correcta) o para modificarla, en caso contrario.

Es decir:

Primero, mido con la escala Hennecke.

Segundo:

Si es correcta la condición corporal, o es la que deseamos, peso al caballo para saber la cantidad de alimento a suministrarle, atendiendo también a factores como el tipo y frecuencia de la actividad que desarrolle, la edad y el entorno (si está confinado en un box o en un paddock).

Si no es correcta la condición corporal, debo ajustar ejercicio y alimentación para alcanzarla. Pregunta a tu nutricionista de confianza si tienes cualquier duda al respecto.

Recuerda que el mejor sistema para pesar a tu caballo es en una báscula. Pero si no es posible, tienes otros métodos que te explicamos en calcular el peso del caballo.

Vigilando de manera regular el estado de nuestro caballo podremos ajustar adecuadamente un programa de alimentación y ejercicio para mantenerlo en el estado deseado.

Y cuidado con los caballos sobrealimentados

Muchos aficionados quieren tener el caballo más gordo, creyendo que así está más bonito.

Demasiadas veces nos encontramos con caballos sobrealimentados y, lo más peligroso, faltos de una pauta regular de ejercicio que se aumenta o reduce progresivamente. Estos caballos se ejercitan solo una o dos veces por semana o, peor aún, se les da una paliza a trabajar el fin de semana.

El concepto de “gordo” es bastante subjetivo. Si el propietario cree que a su caballo le falta peso, aumenta su ración. Pero muchas veces el caballo está en su peso correcto y lo que tendría que aumentar son las horas de estar suelto en un picadero o en un padock, o bien procurarle más ejercicio y, entonces sí, aumentarle un poco la ración.

A veces queremos solucionar los problemas del estado corporal del caballo pensando únicamente en la parte de la nutrición e ignorando por completo la parte del ejercicio, del movimiento, que es básica para que nuestro caballo se desarrolle y se mantenga en óptimas condiciones de salud y bienestar.

Artículo relacionado: ¿Cómo recuperar la salud de un caballo demacrado?

El peso del caballo. Cómo calcularlo

El peso del caballo es la variable más importante para saber cuánto alimento debemos suministrarle, aunque también influye su edad, actividad, entorno y raza (ver artículo sobre cantidad de alimento que debo dar a mi caballo)

Pero ¿cómo calcular su peso?

Lo más exacto es pesarlo en una báscula.

También hay cintas de pesar calibradas que se sitúan alrededor del tórax del caballo, entre la cruz y el cuello, y pueden dar un peso aproximado.

Pero si no disponemos de báscula ni de cinta para pesarlo, hay otros dos métodos para determinar el peso de nuestros caballos.

A/ Cálculo del peso vivo aproximado midiendo la longitud del cuerpo y el perímetro torácico (Carroll & Huntington, 1988).

Imagen del cálculo del peso del caballo aproximado midiendo la longitud del cuerpo y el perímetro torácico (Carroll & Huntington, 1988)

Peso vivo (kg) = Perímetro Torácico en cm x Perímetro Torácico en cm x Longitud Corporal en cm / 11877

El perímetro torácico se toma desde la cruz.
La longitud corporal se toma desde la punta del hombro hasta la punta de la nalga.

B/ Cálculo del peso vivo según el INRA.

Imagen del cálculo del peso del caballo según el INRA

El INRA (Instituto Nacional de Investigación Agronómica de Francia) propone las siguientes ecuaciones:

Para razas de silla.

Caballo para trabajo (castrado, semental o yegua): Peso vivo (kg) = 4’3 PT + 3’0 AC – 785 (+/- 25 kg)

Yeguas de vientre: Peso vivo (kg) = 5’2 PT +2’6 AC – 85 (+/- 25 kg)

Caballo en crecimiento: Peso vivo (kg) = 4’5 PT – 370 (+/- 23 kg)

Cálculo del peso del caballo para razas pesadas.

Yeguas de vientre, sementales, caballos en crecimiento o engorde. Peso vivo (kg) = 7’3 PT – 800 (+/-28 kg)

Imagen del cálculo del peso del caballo pesado(o de tiro) según el INRA

Conocer el sistema digestivo de los caballos para alimentarlos mejor

Conocer las particularidades del sistema digestivo de los caballos nos ayudará a cuidar la salud de nuestros equinos.
Y es que dichas peculiaridades les predisponen a ciertas alteraciones y problemas digestivos que podremos prevenir con un adecuado manejo alimentario.

El sistema digestivo equino se divide en dos grandes partes:

La parte delantera:
compuesta por la boca, esófago, estómago e intestino delgado.

Esa parte es muy similar a cualquier animal monogástrico (con un solo estómago), como el cerdo, el perro o nosotros mismos.

La parte trasera:
que comprende el intestino grueso, compuesto por ciego, colon y recto.

Esta parte del sistema digestivo del caballo es más parecida a los rumiantes o poligástricos como la vaca y la oveja.

Cada uno de estos componentes del sistema digestivo tiene peculiaridades relacionadas con el manejo de la alimentación.

Ilustración del sistema digestivo del caballo

La boca

Su principal misión es la de aprehender, coger el alimento, romperlo, masticarlo y mezclarlo con la saliva producida solo por el hecho de la masticación (no por oler o ver el alimento como nos pasa a los humanos cuando tenemos hambre).

La producción de saliva es muy importante para que el alimento se lubrifique correctamente y sea tragado sin dificultad ni atragantamientos. Un caballo puede producir de 5 a 10 litros diarios de saliva.

Está demostrado que los pellets de mayor tamaño provocan una mayor masticación y, por tanto, insalivación, algo que tenemos muy en cuenta en los piensos en formato Pellets de Covaza  Nutrición Equina. También los Mix de Covaza, por componerse de partículas de distintos tamaños y formas, favorecen la masticación del caballo.

El esófago

El esófago se extiende desde el paladar hasta el estómago. Termina en una válvula muy poderosa que se llama cardias que sólo se abre en dirección hacia el estómago y no al contrario.

Esta particularidad hace que los caballos no puedan eructar, ni vomitar, por lo que están predispuestos a una distensión gástrica y cólico. Esto debe hacernos tener un especial cuidado con el tipo y estado de conservación de los alimentos que proporcionamos a nuestros caballos.

El estómago

Se divide básicamente en dos secciones, la glandular y la no glandular. Con una capacidad aproximada de 15 litros (el 10% del total del sistema digestivo), el estómago del caballo tiene, además, un ambiente ácido, pues su ph oscila entre 1.5 y 2.

En él se absorbe una pequeña parte de la proteína, y el alimento tarda en pasar por él entre 20 y 30 minutos.

El intestino delgado

Dividido en duodeno, yeyuno e íleon, tiene una longitud de unos 21-25 metros (del total del sistema digestivo, representa el 75%. Y de su volumen, un 30% del total).

También tiene un ambiente ácido, aunque menor: el ph oscila entre 2.5 a 3.5.

En el intestino delgado del caballo se absorben casi todos los nutrientes: proteína, grasas, hidratos de carbono y, en el íleon, los minerales.

El alimento tarda en pasar de 4 a 5 minutos hasta 2 horas.

Además de ayudar a la insalivación, una mayor masticación del alimento por parte del caballo reduce el tamaño final de las partículas que lo componen, lo que facilitará a las enzimas del intestino delgado extraer al máximo los nutrientes.

Y el intestino grueso

Dividido en ciego, colon y recto, tiene una longitud de unos 7 metros, aunque su volumen es el mayor de todo el tracto gastrointestinal: unos 150 litros (el 60% de todo el sistema digestivo).

Aquí el ph ya es casi neutro, entre el 6 y el 7 (normalmente de 6,7).

El intestino grueso del caballo es la auténtica cámara de fermentación de los forrajes donde cerca de 400 especies distintas de microorganismos absorben la fibra que contienen en forma de ácidos grasos volátiles (acetato, butirato y propionato).

El paso o flujo del alimento es muy lento, puede tardar 22 h o incluso 2 días.

Esta «cámara» tiene la peculiaridad de requerir un funcionamiento continuo; es decir un aporte de forraje continuo de pequeñas cantidades.

El tiempo en que tarda en pasar el alimento por el sistema digestivo, dependerá de la cantidad de comida que se suministre en cada toma: a mayor cantidad, menor tiempo de paso.
También dependerá de la forma física del alimento (por ejemplo los forrajes tardan más en pasar que los concentrados, bien sean pellets o granos de cereales).

El forraje es, por tanto, fundamental.
Estudios procedentes de otras especies animales demuestran que una ralentización del paso de la ingesta por el tubo digestivo hace que se aprovechen en mayor medida los nutrientes.

Mantener un intestino grueso sano, implica, directamente, mantener un caballo saludable y con un nivel de rendimiento (si hablamos de deporte) muy superior.

 

No  nos cansaremos de recordar que el sistema digestivo del caballo está diseñado para proveerle de alimento bajo la regla de «muchos pocos».

Baste citar un peligro asociado a la falta de forraje: el caballo, al contrario que nosotros, no dispone de vesícula biliar, y la segregación de la bilis es constante independientemente de que el aparato digestivo reciba o no alimento sobre el cual pueda actuar.

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