La alimentación y el ejercicio en los caballos de competición

La dieta de un caballo de competición es diferente a la de un caballo de ocio.
La nutrición de los caballos que hacen deporte y compiten habitualmente debe mantenerlos en óptimas condiciones y mejorar su rendimiento.

Caballo y jinete saltando un obstáculo de competición

Hay tres factores que debemos vigilar para lograr el mayor rendimiento de un caballo de competición y para evitarle riesgos de salud que pueden afectar muy negativamente a su carrera deportiva:

Energía: demos a nuestro caballo de competición la que necesita. Ni más ni menos

Uno de los conceptos más importantes en cuestiones de alimentación es la energía.
La cantidad de energía ingerida a través de los alimentos que suministremos al caballo será decisiva, tanto para mantener una correcta condición corporal (ver artículo escala de Henneke) como para proveer al caballo de reservas energéticas suficientes para el trabajo que se le exija.

Si la cantidad de energía ingerida es menor que la energía necesaria para desempeñar el trabajo, el caballo adelgazará, mientras que si la cantidad de energía ingerida es superior a la requerida el caballo engordará.

Otro tipo de variable a tener en cuenta es el tipo de trabajo a realizar.
La demanda física de las distintas disciplinas hípicas es muy amplia:
no es lo mismo alimentar a un caballo de carreras, cuyo esfuerzo es muy intenso en un periodo muy corto de tiempo, que alimentar a un caballo de raid, donde el esfuerzo en intensidad es mucho menor pero, sin embargo, la duración es mucho mayor.

En cualquier caso, la realización de un ejercicio exige el aumento de los niveles de energía, agua, ciertos minerales (calcio, fósforo, cloro, sodio, potasio), y algunas vitaminas, fundamentalmente la vitamina E y C, y las del grupo B. Sin embargo, la necesidad de otros nutrientes como proteína, y vitaminas A y D apenas cambia.

Ni qué decir tiene que debemos dejar pasar dos horas por lo menos desde que le damos la ración de pienso hasta que ponemos a trabajar al caballo para no interferir en su proceso digestivo.

Binomio de jinete y caballo entrenando en doma clásica.

El calor: preferibles los concentrados, pero en su justa medida

El calor es otro factor que debe ser considerado cuando se alimenta a los caballos de competición sometidos a ejercicio.

El ejercicio es trabajo metabólico: el trabajo produce calor y el caballo debe disiparlo para realizar adecuadamente el trabajo.

Cualquier cosa que aumente el calor corporal, o interfiera con la capacidad del caballo para deshacerse del calor del cuerpo, puede afectar al rendimiento.
Obviamente, la humedad y temperatura ambiente pueden afectar dramáticamente a la capacidad del caballo para eliminar el calor corporal sobrante debido al ejercicio.

Pero también debemos considerar el calor producido por la digestión de los alimentos, ya que éstos actúan de diferentes maneras, tanto por su capacidad para retener agua como por la eficiencia de su digestión y utilización.

Por ejemplo, si comparamos los concentrados (bien sean granos de cereales o piensos preparados) frente a forrajes, estos últimos son más voluminosos, retienen y requieren mayor cantidad de agua en el sistema digestivo, son digeridos con menor eficiencia y producen mayor cantidad de calor en su digestión, por lo que alimentar a los caballos de competición con concentrados tiene ciertas ventajas.

Sin embargo el beneficio de estas ventajas debe ser sopesado contra el riesgo de producirse cólicos o infosuras (laminitis).

El estrés: vigilar el ejercicio del caballo y controlar el almidón

La alimentación del caballo de competición también influye en su grado de estrés.
Las raciones elevadas en almidón contribuyen a estresar a algunos caballos, ya que este polisacárido es una fuente de energía rápida y explosiva (energía caliente, ver artículo energías caballo) que con la digestión se convierte rápidamente en glucosa. Este pico de glucosa provoca que el páncreas del caballo segregue insulina para contrarrestarla. Y la insulina pasa al torrente sanguíneo del caballo, le excita y le estresa.

Pero ¿qué alimentos contienen mucho almidón?

Las raciones tradicionales a base de cereales sin procesar, como la avena, cebada, trigo o el maíz, y los subproductos de cereales como el salvado de hoja o las cuartas de trigo (si bien, estos subproductos contienen menos) .

En cambio, las raciones bajas en almidón pero ricas en grasas y fibras digestibles (energías frías), evitan estos picos de glucosa que tanto alteran a los caballos y previenen, así, parte del estrés. Concentrados para caballos de deporte como Sport Performance tienen en cuenta esta relación entre estrés y fuentes de energía en su formulación. Por otro lado, está demostrado que el ejercicio estresa, o pone en tensión, los sistemas del caballo. El estrés en el caballo está implicado en la etiología (origen) del comportamiento agresivo, úlceras gástricas, cólico, diarrea y disminución de la función del sistema inmune.

El estrés inducido por el ejercicio

Aunque el estrés inducido por el ejercicio es difícil de cuantificar, el mejor sistema hasta la fecha es medir el cortisol en plasma y el lactato. Y los resultados de dichas mediciones han demostrado que unos tipos de ejercicio son más estresantes que otros.

Por ejemplo, potros iniciados en el entrenamiento demostraron una respuesta clásica de estrés fisiológico (un aumento de cortisol en plasma y lactato) a medida que aumentaba el nivel de trabajo, así como cuando se producían cambios en el manejo diario y en la rutina. Por otro lado, caballos de salto experimentados no dieron señales de estrés fisiológico después de haber completado una competición.

Reconocer posibles factores de estrés y eliminarlos cuando sea posible es muy beneficioso para los caballos de competición sometidos a un determinado programa de trabajo.

Quilis campeón de clásica en Fiecval 2012 y cliente de Covaza

Contra los cólicos en verano: consejos veterinarios y nutricionales para cuidar a tu caballo

¿Te preocupa que tu caballo tenga un cólico ahora que llega el verano? Te proponemos cambiar esa preocupación por una eficaz prevención.

Covaza Nutrición Equina, con la colaboración del Centro Policlínico Raspeig e Integral Equina, te facilita unos consejos para evitar, en la medida de lo posible, este habitual problema de salud de los caballos.

Si quieres reducir las posibilidades de que aparezca el temido cólico debes intervenir sobre cuatro factores: el manejo de la alimentación del caballo, la hidratación, el ejercicio y el entorno.


Hidrata al caballo en verano

Agua abundante, fresca, limpia y renovada para tu caballo

El caballo necesita beber un 50% más de agua en verano respecto a otras estaciones para estar bien hidratado. Debemos dársela a una temperatura inferior a la temperatura ambiente (aunque el caballo la prefiere entre 7 y 17 grados).

Además de fresca, el agua debe estar renovada, limpia y suministrarse a discreción (excepto si el caballo ha realizado recientemente un ejercicio intenso).

Si el caballo no quisiera beber, debemos estimularle a través de la ingesta de más forraje o añadiendo dos cucharaditas de sal en la ración diaria de pienso.

Vigila funcionamiento e higiene de bebederos.

Todos tienen sus ventajas e inconvenientes, así que lo fundamental es revisarlos e higienizarlos diariamente, especialmente en verano.

Los bebederos automáticos individuales, aunque permiten que el caballo tenga agua a libre disposición, requieren un periodo de adaptación.

En el sistema de palanca a veces no sale toda el agua que quisiera beber el caballo, por lo que se desespera y bebe menos. Conviene asegurarse de que el bebedero tiene la presión óptima.

Debemos evitar instalaciones con las tuberías de los bebederos en el exterior, pues el agua puede calentarse. En caso de que las tengamos así, tendremos que protegerlas con productos termoaislantes.

Por su parte, los recipientes que rellenamos manualmente para que el caballo beba libremente hay que revisarlos varias veces al día en función de su tamaño para que estén llenos siempre de agua renovada y limpia.

Reduce el pienso e incrementa el forraje

O pienso menos energético o menos pienso

En verano debes disminuir la ingesta energética del caballo. El modo más sencillo es reducir la cantidad de pienso habitual en un 20-25% (dependiendo de sus necesidades fisiológicas, su estado de crecimiento, su rendimiento o su estado reproductivo).

Otro sistema, que requiere ser muy rigurosos, es cambiar el pienso por otro menos energético (como Covaza Hipic Horse o Covaza Equi1).

Si eliges esta opción, debes hacerlo de manera gradual en, como mínimo, doce días para que los microorganismos que residen en el intestino grueso del caballo se adapten al nuevo alimento.

Cualquier transición alimentaria del caballo debe seguir estas pautas. Con cualquier duda, tu veterinario y tu nutricionista pueden ayudarte.

Incrementa el forraje

Si reduces el pienso debes aumentar casi en el mismo porcentaje la cantidad de forraje, siempre que sea de buena calidad y que se corresponda al pienso que estamos dando.

El forraje siempre debe ser la base de la alimentación del caballo, y en verano más todavía.

Si puedes darle hierba fresca, mejor, pues le aporta agua y electrolitos que pierde con el sudor. También es interesante que le des verduras frescas o una pulpa de remolacha embebida en agua, que puede absorber entre 2 y 3 litros de agua.

Moja forraje y pienso

Así contribuirás a hidratar al caballo. Pero si mojas el pienso asegúrate de limpiar posteriormente el comedero para evitar la descomposición del alimento.
Recomendamos nuestros pellets de forrajes Premium Pellets de Alfalfa, Festuca y Heno, hidratables.

Almacena bien el pienso

Además de revisar en qué estado está el pienso que compras a tu caballo y seguir los consejos del fabricante, debes almacenarlo en un lugar seco, fresco y ventilado, impidiendo el acceso de roedores, insectos y pájaros, que pueden estropearlo.

Si el pienso se calienta, deja que se enfríe en algún recinto sombreado con una buena ventilación hasta que recupere una temperatura normal.

 

Mantén ventilado y limpio el entorno del caballo

Caballo en Box

Caballo en Box

Cuadras ventiladas y sombra

Las cuadras deben estar ventiladas y en el caso de estar ubicadas dentro de naves, éstas deben contar con techos altos para que el aire caliente suba.

En días de demasiado calor te recomendamos retirar la mayor parte del pienso, o todo, y sacar a los caballos en las horas de más calor para darles una ducha de agua fresca.

Si tu caballo está en un paddock, proporciónale un lugar con sombra para que se proteja del sol si lo necesita.

Evita moscas, aves y roedores

Puedes usar insecticidas aptos para caballos y limpiar frecuentemente  la cama y, especialmente, el estercolero principal, que es donde se produce todo el crecimiento larvario y la fase de las moscas y del resto de insectos.

También debemos alejar a roedores y aves que, además de comerse el pienso, pueden transmitir enfermedades al caballo.

Limpia diariamente la cama del caballo

Todos los días hay que retirar los excrementos y la cama mojada. Además de reducir moscas, la higiene evitará que el calor descomponga más rápidamente todos los microorganismos y las heces que acumula la cama del caballo. En Covaza te recomendamos la cama a base de Paja Premium Pellets.y el higienizante para camas de caballos Higienizante VitalBlue Leste

Ejercita al caballo con sentido común

Es bueno que el caballo se ejercite en verano

Los caballos son seres vivos que han nacido para moverse constantemente. Pero en verano debemos evitar las horas centrales del día, donde el calor es máximo.

Cuidado con beber después del ejercicio

Justo después de haber terminado de trabajar es conveniente que el caballo, si ha sudado mucho, beba pequeños sorbos de agua hasta que recupere sus frecuencia cardíaca y respiratoria. Entonces ya podemos darle agua a discreción.

Usa adecuadamente los electrolitos

No por el hecho de ser verano deben darse electrolitos o sales minerales al caballo. Pero si el caballo trabaja en esta estación, o suda abundantemente por otro motivo, es recomendable usar estos suplementos (como Vitaminer-Electrolitos).

Videos  «Contra los cólicos en verano»

Marina González, amazona: «Ver a mi caballo me libera de todo lo malo; es una forma de vida que no sabría ni querría cambiar»

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Marina González Llorente alimenta a Dido (“Espléndido”), un magnífico caballo KWPN, con piensos Covaza Nutrición Equina desde 2014. Lo monta por afición, en la Escuela de Equitación de Somosaguas (Madrid), aunque su intención es concursar este año  en Doma Clásica. Marina es de esas personas a las que inmediatamente calificamos como ‘potencial Gente Covaza’, porque la mayoría de veces acaban confiando en nosotros, y porque es el perfil de cliente/amigo que buscamos: las personas enamoradas del caballo y dispuestas a procurarles siempre lo mejor.

¿Por qué contactaste con Covaza? Estaba preocupada por la pérdida de peso de mi caballo y por cómo hacerle engordar sin que se calentase y se pusiese duro para montarle.

¿Cómo nos conociste? Tras buscar todo tipo de piensos de calidad en la web, pregunté por éste y, sin duda, para mí es el de mejor calidad y mejor calidad precio.

¿Qué impresión te produjo ese primer contacto? Lo mejor fue que ni si quiera sabía que me llamaban por el pienso del caballo; la primera pregunta que me hizo el nutricionista, la persona que me llamó, fue: “¿Qué tal Marina, que tal los exámenes?”. marina-y-dido3

 ¿Cómo ha sido la relación con Covaza durante este año?

La mejor que se puede tener con tu asesor en nutrición, que se preocupa por ti, como jinete, y por tu caballo. Y, por supuesto, muy contenta de que viniese a verme desde tan lejos. Sinceramente, no podría decir lo mismo de nadie más.

¿Dido ha sido tu primer caballo? Sí, lo tengo desde que tenía 3 años y medio. Ahora tiene 6.

¿Cuándo empezaste a montar? Desde muy pequeña, a los 6 añitos. “Caballo» era la única palabra que me salía de la boca. No sé de quién me viene la afición, pues nadie en mi familia monta a caballo, aunque la pasión por los animales sí que es hereditaria.

¿Con qué frecuencia montas? ¿Qué rutina de ejercicios sigue tu caballo? Monto 5 días a la semana. Dido sale todos los días, menos uno en que descansa. Entrena 4 días, otro trabaja a la cuerda y otro sale al caminador o al campo.

¿Y qué pautas de alimentación sigue? Dido es un caballo difícil, con mucho carácter. Se excitaba con cualquier mota de almidón que hubiese en el pienso. Por eso el pienso Tecnofiber de Covaza le ha venido muy bien. Come por la mañana 1,5 kg de pienso, luego heno, a mediodía 1 kg de pienso, a media tarde heno y de cena 2 kg de pienso. En total 4,5 kg de pienso al día y 220 de heno al mes.

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Dido en 2015, tras un año consumiendo Piensos Covaza y con un manejo nutricional óptimo. Marina nos manda estas fotos para que veamos la evolución de la condición física de su caballo.

¿Y veterinarias? Las habituales. Tenemos suerte, pues no nos ha tocado llamar al veterinario por enfermedades, solamente para desparasitar, revisiones y tener todo en regla. dido-y-tecnofiber

¿Has cambiado en algo tu manejo desde que eres ‘Gente Covaza’? Me ha facilitado mucho mi trabajo, el caballo está en mejor forma y más agradable.

¿Estás contenta con Covaza? ¿Lo recomendarías? Muchísimo.Claro que lo recomiendo. De hecho, la gran mayoría de los días llevo la mantilla de Covaza. La gente siempre me pregunta qué le doy a mi caballo que brilla tanto y me dicen lo mucho que ha cambiado. Y ha sido el pienso.

¿Qué te hacen sentir los caballos, Marina? Ir allí y ver a Dido me libera de todo lo malo. Es una forma de vida que no sabría ni querría cambiar.

¿Qué beneficios te aporta esta afición? Todos los posibles y los imposibles, felicidad.

Alguna cuestión más que desees compartir. Covaza es ya más que una amistad y un equipo, ha hecho la mitad de lo que yo he conseguido con el caballo, todo ha sido trabajo en equipo.

Muchas gracias por tu confianza y por contar tu experiencia a nuestros amigos. marina-y-dido2

Conocer el sistema digestivo de los caballos para alimentarlos mejor

Conocer las particularidades del sistema digestivo de los caballos nos ayudará a cuidar la salud de nuestros equinos.
Y es que dichas peculiaridades les predisponen a ciertas alteraciones y problemas digestivos que podremos prevenir con un adecuado manejo alimentario.

El sistema digestivo equino se divide en dos grandes partes:

La parte delantera:
compuesta por la boca, esófago, estómago e intestino delgado.

Esa parte es muy similar a cualquier animal monogástrico (con un solo estómago), como el cerdo, el perro o nosotros mismos.

La parte trasera:
que comprende el intestino grueso, compuesto por ciego, colon y recto.

Esta parte del sistema digestivo del caballo es más parecida a los rumiantes o poligástricos como la vaca y la oveja.

Cada uno de estos componentes del sistema digestivo tiene peculiaridades relacionadas con el manejo de la alimentación.

Ilustración del sistema digestivo del caballo

La boca

Su principal misión es la de aprehender, coger el alimento, romperlo, masticarlo y mezclarlo con la saliva producida solo por el hecho de la masticación (no por oler o ver el alimento como nos pasa a los humanos cuando tenemos hambre).

La producción de saliva es muy importante para que el alimento se lubrifique correctamente y sea tragado sin dificultad ni atragantamientos. Un caballo puede producir de 5 a 10 litros diarios de saliva.

Está demostrado que los pellets de mayor tamaño provocan una mayor masticación y, por tanto, insalivación, algo que tenemos muy en cuenta en los piensos en formato Pellets de Covaza  Nutrición Equina. También los Mix de Covaza, por componerse de partículas de distintos tamaños y formas, favorecen la masticación del caballo.

El esófago

El esófago se extiende desde el paladar hasta el estómago. Termina en una válvula muy poderosa que se llama cardias que sólo se abre en dirección hacia el estómago y no al contrario.

Esta particularidad hace que los caballos no puedan eructar, ni vomitar, por lo que están predispuestos a una distensión gástrica y cólico. Esto debe hacernos tener un especial cuidado con el tipo y estado de conservación de los alimentos que proporcionamos a nuestros caballos.

El estómago

Se divide básicamente en dos secciones, la glandular y la no glandular. Con una capacidad aproximada de 15 litros (el 10% del total del sistema digestivo), el estómago del caballo tiene, además, un ambiente ácido, pues su ph oscila entre 1.5 y 2.

En él se absorbe una pequeña parte de la proteína, y el alimento tarda en pasar por él entre 20 y 30 minutos.

El intestino delgado

Dividido en duodeno, yeyuno e íleon, tiene una longitud de unos 21-25 metros (del total del sistema digestivo, representa el 75%. Y de su volumen, un 30% del total).

También tiene un ambiente ácido, aunque menor: el ph oscila entre 2.5 a 3.5.

En el intestino delgado del caballo se absorben casi todos los nutrientes: proteína, grasas, hidratos de carbono y, en el íleon, los minerales.

El alimento tarda en pasar de 4 a 5 minutos hasta 2 horas.

Además de ayudar a la insalivación, una mayor masticación del alimento por parte del caballo reduce el tamaño final de las partículas que lo componen, lo que facilitará a las enzimas del intestino delgado extraer al máximo los nutrientes.

Y el intestino grueso

Dividido en ciego, colon y recto, tiene una longitud de unos 7 metros, aunque su volumen es el mayor de todo el tracto gastrointestinal: unos 150 litros (el 60% de todo el sistema digestivo).

Aquí el ph ya es casi neutro, entre el 6 y el 7 (normalmente de 6,7).

El intestino grueso del caballo es la auténtica cámara de fermentación de los forrajes donde cerca de 400 especies distintas de microorganismos absorben la fibra que contienen en forma de ácidos grasos volátiles (acetato, butirato y propionato).

El paso o flujo del alimento es muy lento, puede tardar 22 h o incluso 2 días.

Esta «cámara» tiene la peculiaridad de requerir un funcionamiento continuo; es decir un aporte de forraje continuo de pequeñas cantidades.

El tiempo en que tarda en pasar el alimento por el sistema digestivo, dependerá de la cantidad de comida que se suministre en cada toma: a mayor cantidad, menor tiempo de paso.
También dependerá de la forma física del alimento (por ejemplo los forrajes tardan más en pasar que los concentrados, bien sean pellets o granos de cereales).

El forraje es, por tanto, fundamental.
Estudios procedentes de otras especies animales demuestran que una ralentización del paso de la ingesta por el tubo digestivo hace que se aprovechen en mayor medida los nutrientes.

Mantener un intestino grueso sano, implica, directamente, mantener un caballo saludable y con un nivel de rendimiento (si hablamos de deporte) muy superior.

 

No  nos cansaremos de recordar que el sistema digestivo del caballo está diseñado para proveerle de alimento bajo la regla de «muchos pocos».

Baste citar un peligro asociado a la falta de forraje: el caballo, al contrario que nosotros, no dispone de vesícula biliar, y la segregación de la bilis es constante independientemente de que el aparato digestivo reciba o no alimento sobre el cual pueda actuar.

Preferimos que les des más y mejor forraje (aunque fabriquemos y vendamos piensos para caballos)

Un caballo que se alimenta libremente con un forraje de calidad (como ocurre en la naturaleza) es un caballo que tiene cubiertas sus necesidades nutritivas básicas. Y no necesitará pienso a no ser que su nivel de ejercicio y su condición específica así lo aconsejen.

Esto es algo que no nos cansaremos de repetir, a pesar de que nos dedicamos a fabricar piensos para caballos, yeguas y ponis de toda edad y condición.

Pero como es muy difícil acceder a un forraje de calidad para suministrar continuamente a los caballos, ya sea por motivos económicos, de tiempo o de disponibilidad de forraje, el pienso se ha convertido en un alimento complementario y necesario para mantener saludables a nuestros equinos.

Sin embargo, a pesar de que el pienso es complementario, demasiados profesionales y amantes de los caballos lo eligen (aunque sea cuidadosamente y estudiando su composición) antes de ver de qué tipo de forraje disponen.

Caballos comiendo alfalfa seca

Elige el pienso según el forraje

Lo correcto es ver primero de qué tipo de forraje podemos disponer y, según la calidad nutricional del mismo, elegir después el complemento: el pienso.

Si el forraje tiene poca calidad nutritiva (como ocurre con la paja de cereal), el pienso debe aportar más nutrientes. Y al contrario. A forraje con más nutrientes, pienso más rebajado en los nutrientes que posee el forraje.

Una característica que debemos conocer sobre los forrajes que suministramos a nuestros caballos (y si no los conocemos debemos consultar a nuestro veterinario o nutrólogo) es su energía digestible.

La paja de cereales contiene poca energía (400-450 Kcal/Kg), mientras que el heno en general y la alfalfa son forrajes con una carga energética mucho mayor (de 1.800 a 2.200 Kcal/Kg).

En verano, como os contamos en Contra los cólicos, es recomendable dar un forraje de mayor calidad.

Por ejemplo, si damos paja de cereales a un caballo con nivel de actividad media, deberemos suministrarle un pienso específico para este nivel de actividad como el EQS-5. Sin embargo, si cambiamos de forraje a alfalfa o heno podríamos o bien reducir la cantidad de EQS-5 en un 20%-25% o bien pasar a Hipic Horse dándole la misma cantidad de pienso que antes.

Da el forraje antes que el pienso

Una vez elegido forraje y pienso, es importante saber cómo dar las raciones. Como ya hemos explicado en el post la frecuencia de las raciones, el forraje debe suministrarse antes que el pienso y dejando transcurrir un mínimo de 30/45 minutos, de modo que se incremente la digestibilidad y asimilación de nutrientes de ambos alimentos.

Trocéalo si puedes

No hace falta trocear la paja de los cereales, ya que la longitud de la mayoría de sus tallos favorece su ingestión.

Lo habrás observado cuando pones la paja en las forrajeras, en las rejas o en el suelo del box de los caballos estabulados: el taco suele deshacerse en trozos pequeños, de entre 7 y 20 centímetros, en el momento en que el caballo mete su hocico para comer.

Pero en el caso de la alfalfa henificada, ¿no has observado que cuando la echamos a los caballos les salen de la boca hebras que casi llegan al suelo? Esto es porque sí conserva la longitud de la planta tal y como se ha segado.

Por eso es conveniente cortar la alfalfa seca en trozos de 10 o 15 cm siempre que sea posible.

* Históricamente los responsables de las caballerías preferían la paja trillada a la segada que conservaba toda su longitud. Y en el caso de la alfalfa habrás observado en cuadras antiguas que disponían de un cortador (una especie de hoz gigante), normalmente colgado en una pared, para cortar la alfalfa seca cuando llegaba la hora de dar de comer a los caballos.

Vigila que no le falte

Si das de comer a tu caballo tres veces al día la cantidad mínima de forraje diaria deberá ser del 1´5% del peso vivo, recomendable el 2%.(ver artículo sobre el cálculo del peso vivo del caballo)

Pero a diferencia del pienso, el forraje no se suele pesar en la práctica diaria y se suministra a ojo.

Si lo haces así, es importante que observes el entorno donde están los caballos (bien sea un box o un padock). Si el suelo contiene bastantes restos de paja o forraje, le estás dando suficiente.

Y recuerda que dando un forraje correcto en la forma, tiempo y cantidad adecuados evitarás muchísimos problemas de carácter digestivo en el caballo y aprovecharás de manera más efectiva los piensos, en el caso de que se los des.

Potro comiendo forraje

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